Si hay una época del año para iniciar o retomar el gimnasio esa es la temporada estival, los seis meses de la primavera y el verano, por la ausencia de frío extremo, por las vacaciones que nos devuelven tiempo de ocio y por el receso escolar que libera de múltiples obligaciones diarias con los hijos.
El verano, es el momento ideal para ponerse un objetivo, fijar una meta y arrancar con todo, porque es cuando tarde o temprano llegan las tan ansiadas vacaciones, que nos desconectan, mejoran definitivamente el humor y pone nuestra mente con otra predisposición.
El verano aporta, a cambio de nada, el plus de la motivación. Los días son más largos, se puede arrancar en el gym muy temprano o bastante tarde con el sol aún arriba. Si se consigue un progreso en el aspecto físico, se puede lucir con orgullo porque el calor lo permite.
Además, hay tiempo para pensar que se quiere: ¿Trabajar el físico a mediano y largo plazo? ¿Bajar la panza? ¿Adelgazar? ¿Tonificar? ¿Hacer alguna actividad física que incluya mucha diversión? ¿Desestresarse? ¿Aprovechar el gym para disfrutar con amigos o amigas? ¿Seguir corriendo, pero en la cinta y con aire acondicionado para no soportar el calor extremo?
Todas esas opciones y más están disponibles en el gym, lo que permite poder armar una sesión de ejercicios a medida, en los tiempos y pausas que se desee. Hacer gym en el verano y ponerse una meta ayudará sobre todo a llegar con el hábito firme al invierno.
Entonces, ni el frío, ni las obligaciones, ni los días más cortos podrán frenar el entusiasmo de seguir progresando, de que el gym ya será un hábito saludable por el que estaremos fuertes y sanos.
Hay un momento para arrancar o retomar: es ahora, es el verano. ¡Empezá ya!