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Gimnasio Mendoza

Terminá con la pesadez

La pesadez y el malestar estomacal son de esos problemas muy comunes y extendidos que se sufren en silencio, se subestiman como algo circunstancial pero que en realidad no tienen que ver directamente con la panza sino con una mala digestión y dolores intestinales posteriores.

Huelga decir que, ante esto, siempre el médico primero y la revisión de los hábitos alimenticios. Salvada esta condición, el ejercicio ayuda muchísimo si no se trata de una patología que necesite medicación.

La razón es que cuando se practica actividad física el metabolismo se incrementa acelerando el proceso digestivo que al completarse con mayor rapidez libera  con más prontitud a una persona de estos síntomas de malestar.

Como siempre ocurre, ejercitar el cuerpo genera un efecto dominó que repercute en todo el organismo de forma saludable. El físico fue una máquina diseñada para moverse en un mundo natural salvaje, en el que había que desplazarse y hacer todo tipo de maniobras para procurar el alimento, defenderse y subsistir. Ese movimiento, cumplía a la vez, el servicio de automantenimiento de esa máquina creada por la naturaleza.

Así, la actividad física ayuda a digerir ágilmente lo que se come, a absorber la energía que provee el alimento, para estar finalmente livianos y fuertes en corto tiempo. Cuando el sedentarismo se impone como rutina, este circuito no termina de hacer su trabajo eficientemente.

Con un plan de ejercicio van desapareciendo síntomas como el estreñimiento, el tránsito lento, incluso puede ayudar la diverticulosis, la gastritis o el colon irritable. Como además reduce el estrés, el sistema digestivo mejora porque normalmente es muy sensible a los estados de ansiedad.

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