Cada tanto vuelve una polémica que deja al gym mezclado entre los villanos de la película. Es el debate público por el culto al cuerpo perfecto, desde donde se culpa a los gimnasios y a las redes sociales, de promover un estereotipo de apariencia que no está al alcance de todos.
La discusión suele eludir un tema central: hacer ejercicios con la supervisión correcta en un cien por ciento saludable. Hemos abundado en artículos anteriores sobre las ventajas comprobadas que la actividad física aporta a la salud. No hay dudas de que hacer ejercicios nos mejora y alarga la vida. Y esa debe ser nuestra meta cuando vamos al gym.
Fuera de eso, no hay nada de malo en querer mejorar nuestra apariencia, en querer marcar la musculatura, en pretender adelgazar para tener una figura más estilizada. Hacer ejercicio físico nos hará conseguir naturalmente una figura mejor porque esa es su principal consecuencia.
Lo único que debemos hacer, es no caer en la trampa de querer sí o sí ser el chico o la chica de la foto. Puede ser un noble objetivo, pero si se convierte en una obsesión entonces ya no es sano.
El gym no es un lugar para ir a perseguir obsesiones, es nuestro espacio para estar mejor física y anímicamente. El ejercicio logra que estas dos metas estén al alcance de cualquiera porque mejora nuestro cuerpo y las sustancias químicas que favorecen el buen humor y nos proporcionan una actitud diferente ante la vida.
En Energym queremos que el gimnasio sea tu gran momento del día, queremos que sepas que con un plan periódico siempre vas a obtener buenos resultados, y vas a estar aportando salud, bienestar y una figura mejor a tu cuerpo.
Hay una fórmula muy simple para que funcione: no hay que frustrarse con el gym, solo hay que ir, el resto sucede con tu dedicación.