A medida que envejecemos, mantener un estilo de vida activo puede ser más difícil, pero también es más importante que nunca. La actividad física regular puede ayudar a prevenir enfermedades crónicas, mejorar la salud mental y reducir el riesgo de caídas y lesiones. En la tercera edad, la actividad física también puede ayudar a mantener la independencia y la calidad de vida.
Un estudio reciente encontró que los adultos mayores que participaron en actividades físicas regulares tuvieron un menor riesgo de discapacidad y una mejor salud mental que aquellos que eran inactivos. Las actividades recomendadas para la tercera edad incluyen caminar, hacer yoga, nadar y bailar. Además, la actividad física también puede ayudar a reducir la presión arterial, mejorar la función cardiovascular y disminuir el riesgo de osteoporosis.
Es importante recordar que siempre es recomendable hablar con un médico antes de comenzar cualquier programa de actividad física, especialmente si se tiene alguna condición de salud preexistente. Pero con el asesoramiento adecuado, la actividad física puede ser una excelente forma de mejorar la calidad de vida y prevenir enfermedades en la tercera edad.