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Gimnasio Mendoza

Resfríos y lesiones: cómo evitarlos en el gym de invierno

Así como el calor exige tomar precauciones cuando vamos al gimnasio, el frío también provoca riesgos que pueden derivar en enfermedades o lesiones, las que son fácilmente prevenibles si se toman las precauciones mínimas.

Dos elementos juegan un papel fundamental en el cuidado de nuestra salud en invierno: la indumentaria, y el entrenamiento físico durante la entrada en calor y la post actividad.

Aunque el gym va a estar climatizado y no pasaremos frío estando adentro, igualmente con el ejercicio habrá sudoración, lo que puede jugar en contra porque el cuerpo se enfría más rápido en invierno, una vez que concluimos el entrenamiento.

Por esto, es muy importante que la primera prenda en contacto con nuestra piel sea de una tela absorbente y de secado rápido (que las hay de sobra en las tiendas deportivas) para neutralizar los efectos del sudor. No es aconsejable la indumentaria de algodón porque este absorbe mucho y a la vez mantiene la humedad.

Asimismo, es mejor tener varias prendas disponibles, que sean finas y permitan un método de capas como si se tratara de una cebolla. Así, al llegar al gimnasio y luego la entrada en calor, se pueden ir quitando esas prendas que elevan nuestra temperatura corporal, para encarar el entrenamiento con las que ya teníamos previstas y estaban abajo.

Las que se quiten quedarán en el perchero y serán importantísimas al concluir la actividad, ya que estarán secas y abrigarán el cuerpo para mantener estable su temperatura cuando concluyamos la actividad.

Si somos muy friolentos, abrigar las extremidades suma muchísimo, por lo que guantes y unas buenas medias nunca están de más a la hora de encarar la actividad física.

El frío también puede jugar en contra de la musculatura. De hecho, en invierno, nuestro cuerpo llega al gimnasio más frío que en verano. Por lo tanto, es fundamental respetar dos momentos claves del entrenamiento: el precalentamiento y el estiramiento.

Al llegar, es necesario que la entrada en calor sea a conciencia, aunque tome un poco más de tiempo. Este ejercicio pondrá los músculos y el físico a temperatura y evitará el riesgo de lesiones durante la actividad física principal, momento en que demandamos la mayor exigencia al organismo.

Al concluir en el gimnasio, somos literalmente una fuente de calor, pero una vez más, el cuerpo se enfría rápido, por lo que hay que aprovechar al máximo la sesión de elongación y movimientos muy livianos para desacelerar la caída de la temperatura, evitar que la circulación sanguínea se ralentice de golpe y prevenir así espasmos musculares que pueden derivar en lesiones.

Al final del gym, es clave no salir de golpe al aire libre porque estamos apurados. En la primera media hora posterior al entrenamiento el sistema inmunológico está frágil y expuesto, en riesgo para los resfríos, gripes, irritaciones de garganta y otros problemas respiratorios.

Por lo tanto, la ducha caliente nos ayudará a recuperar la temperatura y estabilizar nuestro organismo. Si no hay tiempo o lugar disponible para ello, entonces la opción es abrigarse bien e ir por la ducha caliente a casa lo antes posible.

Con estas previsiones sencillas y que exigen más constancia que dificultad, se podrá pasar por el gimnasio exitosamente sin que la salud corra riesgos.

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