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Gimnasio Mendoza

Motivación: cómo vencer la flojera

Cuando se empieza a ir al gimnasio, muchas personas se topan con un enemigo implacable e inesperado: ellos mismos. Lo que al principio es un pico de entusiasmo en pocos días se convierte en falta de motivación, flojera y falta de periodicidad por la lenta recuperación de las primeras sesiones.

La falta de costumbre por el sedentarismo de larga data se traduce en falta de continuidad, lo que transforma la iniciativa en un camino cuesta arriba. Pero hay claves y recursos para sostener el ánimo arriba.

En menos de cuatro semanas nuestro cuerpo se acostumbrará a las sesiones de ejercicios y el entusiasmo se retroalimentará sin necesidad de que tengamos que mentalizarnos.

El apoyo del profesor, con un plan progresivo de ejercicios ayudará a dar los primeros pasos sin sentir que se deja el cuerpo y el alma en el gym.

Concentrar nuestros pensamientos en los beneficios que la actividad física recompensa a corto, mediano y largo plazo. La continuidad garantizará bajar de peso, tonificar la musculatura, mejorar el aspecto físico, equilibrar la salud y sus variables como la glucemia, la hipertensión y el descanso, cruciales para una vida saludable en el día a día.

Avanzar con metas alcanzables. Los resultados en el gimnasio van a llegar, no hay duda de eso. Algunos se verán en días y otros en dos, tres meses o seis meses, depende de los objetivos fijados.

Los resultados en el gym llegan progresivamente no todos juntos en un día y eso es genial, porque siempre nos va a sorprender con un nuevo logro.

Escuchar música durante la actividad física es una buena práctica motivadora. La música alegra, motiva, eleva el ánimo y predispone el espíritu y la actitud de otra manera.

Hacer ejercicio acompañado de seres queridos o con algún grupo con el que se empatice es una excelente táctica para esquivar la falta de motivación y tomar ritmo.

Elegir los horarios en los que uno se siente más cómodo para hacer ejercicio es fundamental. No sirve ir a primera hora del día si el frío del invierno acobarda, o no está el hábito de levantarse muy temprano.

Asistir después de una jornada agotadora también puede ser contraproducente, por eso establecer el horario es muy importante. Tiene que ser un momento del día en el que se pueda ir con ganas, con entusiasmo y descomprimido de otras obligaciones.

Dormir bien y respetar el plan y la periodicidad del entrenamiento hará maravillas porque el cuerpo, en vez de cansarse más a medida que avancen las sesiones, por el contrario, pedirá naturalmente más ejercicio, porque la actividad física le aporta al organismo una serie de beneficios que este termina extrañando y demandando.

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