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Los beneficios de hacer ejercicio para el cerebro

Al pensar en los motivos por los que hacemos ejercicio, probablemente lo primero que te venga a la cabeza sea perder peso o ganar musculatura. De hecho, puede que esos sean los únicos motivos que se te ocurran. Esto es porque, durante décadas, la ciencia del fitness nos ha enseñado que hacer ejercicio físico de manera regular nos ayuda a ponernos más fuertes y a perder los kilos que nos sobran, dependiendo de cuál sea nuestro objetivo.

Pero la ciencia sigue avanzando, lo que significa que cada vez sabemos más sobre todos los beneficios que tiene entrenar.

Y esto es lo más increíble: ahora sabemos que el ejercicio no solo te ayuda a perder peso, ¡sino que puede mejorar tu vida de muchas más formas! Estos son algunos de los beneficios más importantes:

  • Los adultos que se mueven enérgicamente durante al menos 150 minutos a la semana no solo tienen menos probabilidades de desarrollar enfermedades relacionadas con la edad, como el alzhéimer y la demencia, sino que también tienen una mayor densidad ósea y un corazón más sano.
  • Ahora sabemos que hacer ejercicio de forma regular tiene una amplia variedad de beneficios para la salud mental. Aparte de los beneficios más obvios como sentirte de buen humor, el ejercicio puede ayudar a reorganizar tu cerebro.

Entrenar el cuerpo para estimular la mente

Entrenar de forma regular puede mejorar enormemente tu motivación, concentración y memoria. Hay incluso quien dice que entrenar tiene un impacto aún más positivo para tu cerebro que para cualquier otra parte del cuerpo.

Primero, hablemos de ciencia

Lo primero que debemos decir es que el cerebro es un órgano extremadamente importante, ya que determina cómo nos sentimos, pensamos y actuamos en determinadas situaciones. No solo es esencial para nuestra vida cotidiana, sino que tiene la capacidad de adaptarse y crecer según las circunstancias en las que nos encontremos. Y al igual que podemos entrenar nuestros bíceps, también podemos fortalecer nuestro cerebro para que sea más fuerte y flexible.

Esto es porque el ejercicio fomenta la producción de una proteína en nuestro cerebro conocida como factor neurotrófico derivado del cerebro, o FNDC. El FNDC es como un fertilizante para la mente. Fomenta la producción de nuevas células cerebrales y abre nuevas vías neuronales, lo que a su vez tiene un impacto positivo en nuestros neurotransmisores. Básicamente, los neurotransmisores conectan los distintos departamentos de nuestro cerebro para que la estructura pueda funcionar conjuntamente.

Al mover nuestro cuerpo, los neurotransmisores como la dopamina, la serotonina y la noradrenalina se mueven de un lado para otro y mejoran nuestra motivación, humor, concentración y tiempo de respuesta. Después de solo un entrenamiento, estos beneficios se pueden disfrutar durante las siguientes dos horas.

El ejercicio también libera endorfinas, a las que comúnmente se les llama hormonas de la felicidad. Recibir un suministro nuevo de estos neurotransmisores puede ayudar a tener más claridad mental, control emocional, concentración y sentimientos de euforia.

Estas sensaciones combinadas pueden ayudar a tener una mentalidad más positiva, lo que puede ayudar a los jugadores en situaciones estresantes. También estimula las vías neuronales por todo el cerebro, lo que potencialmente ayuda al jugador a sentir que la mecánica de manejo del juego (controlar el teclado y mover el mouse) es más fluida y sensible.

Como hemos mencionado antes, el ejercicio mejora y crea nuevas vías neuronales por todo el cerebro. Estas vías no solo están relacionadas con el ejercicio: nuestros cerebros las usan para aprender de formar más eficaz e impulsar la memoria.

Al igual que el sueño, el ejercicio ayuda a eliminar los residuos metabólicos que el cerebro libera como consecuencia de su actividad, lo que mejora su habilidad de funcionar a un nivel óptimo.

Dicho esto, al hacer ejercicio al menos 3 o 5 veces por semana durante un mínimo de 30 minutos por sesión, puedes disfrutar inmediatamente de los beneficios a corto plazo, como más capacidad de concentración, y a largo plazo, como una mayor protección frente a las enfermedades. Es una situación beneficiosa en todos los aspectos.

Distintos tipos de ejercicios para distintos beneficios

Los ejercicios aeróbicos, como correr o saltar a la cuerda, son excelentes para el cerebro. Este tipo de ejercicio no solo ayuda a mantener un sistema cardiovascular saludable, sino que también fomenta la salud mental. Esto ocurre porque se prepara al cerebro para aprender al mejorar las vías neuronales por todo el cuerpo, lo que libera dopamina, serotonina y unas proteínas llamadas factores de crecimiento.

Entrenar la fuerza o la resistencia ayuda a reforzar el cuerpo mediante distintos patrones de movimiento, corrige los desequilibrios causados por pasar demasiado tiempo sentados y mejora la resistencia postural.

Los ejercicios de movilidad, como hacer estiramientos o yoga, ayudan a mejorar o mantener la capacidad del cuerpo para cambiar de postura sin dolor y, al igual que los ejercicios de resistencia, se utilizan para corregir desequilibrios.

¿Cuándo deberías entrenar?

La respuesta más corta es que el mejor momento para hacer ejercicio depende de la persona en cuestión. Cada persona es distinta.

Los momentos más óptimos para entrenar dependen de nuestra rutina y cronotipo (nuestro ritmo circadiano concreto).

Por ejemplo, una persona a las 10:00 a. m. se puede sentir diferente que otra persona a la misma hora. Teniendo esto en cuenta, se recomienda hacer sesiones de entrenamiento de poco impacto más temprano (con ejercicios de cardio y movilidad constantes), y hacer ejercicios de alto impacto/potentes más tarde (como levantamiento de pesas, HIIT, sprints, etc.).

Pero esto tampoco es una norma estricta. En general, lo más importante es completar el entrenamiento, incluso si no lo haces en tu momento favorito.

La clave está en la variedad

Todo funciona, algunas cosas simplemente funcionan mejor y durante más tiempo, pero nada funciona para siempre.

Tanto si eres un profesional con experiencia como si estás empezando tu trayectoria, a veces puedes sentir que te has estancado. Recuerda que el progreso no es una línea recta, sino que está lleno de altibajos.

Sé consciente de tu energía física y mental durante el entrenamiento y, si notas emociones negativas, pensamientos pesimistas o dolor físico de cualquier tipo, da un paso atrás y pregúntate qué es lo que no está funcionando.

Quizá tengas que cambiar de ejercicio. Como hemos mencionado antes, al hacer ejercicio reforzamos las vías neuronales existentes y abrimos otras nuevas.

El mismo mecanismo ocurre cuando aprendemos una nueva competencia. Llegar a un nivel intermedio de competencia en distintas actividades puede ayudar al cerebro ser más flexible y maleable frente a nuevos estímulos, aumentar nuestra capacidad para resolver problemas y aprender nuevas cosas con más rapidez.

Al entrenar de forma variada, fuerzas al cuerpo a coordinarse frente a patrones desconocidos y a adaptarse a nuevos estímulos.

Pon en forma a tu cerebro

En conclusión, aunque hacer un poco de ejercicio siempre es mejor que no hacer nada, para disfrutar de los fantásticos beneficios cognitivos a largo plazo, ¡tienes que encontrar los ejercicios que realmente te gusta hacer! De esta forma, es más fácil mantener buenos hábitos y ser constante.

Al hacerlo, tu mente estará más centrada, tendrá más energía, pensará con más claridad, y te resultará más fácil mejorar tu rendimiento en todos los aspectos de la vida.

Y recuerda: cuanto antes te levantes y te pongas en marcha, antes empezarás a notar todos estos beneficios para el cerebro.

Fuente: Freeletics.com

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