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Motivación: tips fáciles para el gym

Cuando se empieza a ir al gimnasio, muchas personas se topan con un enemigo inesperado: ellos mismos. Lo que al principio es un pico de entusiasmo, en pocos días se convierte en desmotivación y flojera porque, apurados, en las primeras sesiones sentimos que la evolución es lenta.

 Pero ya lo sabés. La falta de costumbre se traduce en falta de continuidad, y todo parece cuesta arriba. ¡No te preocupes! Hay claves y recursos fáciles para sostener el ánimo. En menos de cuatro semanas tu cuerpo se acostumbrará a las sesiones de ejercicios y el entusiasmo se retroalimentará solo, sin necesidad de mentalizarse.

¿Cómo motivarte?

Vas a tener apoyo. El profesor y un plan progresivo de ejercicios te ayudará a dar los primeros pasos sin sentir que dejás el cuerpo y el alma sin resultados.

Pensá solo en los beneficios del ejercicio a corto, mediano y largo plazo. La continuidad te garantizará bajar de peso, tonificar la musculatura, mejorar el aspecto físico, equilibrar la salud en todo sentido, mejorar el humor. Sin notarlo, vas a estar protegiendo tu cuerpo de patologías y enfermedades poque el movimiento es el mejor remedio para una vida sana.

Avanzá con metas alcanzables. Los resultados en el gimnasio van a llegar, no hay duda de eso. Algunos se verán en días y otros en dos, tres o seis meses, depende de los objetivos que te fijes. Si vos no parás, van a llegar.

Escuchá música durante la actividad física. Es una buena práctica motivadora. La música alegra, emociona, eleva el ánimo, predispone el espíritu y fortalece nuestra actitud.

Hacé ejercicios acompañado de seres queridos. Es una excelente táctica para esquivar la falta de motivación y tomar ritmo.

Sumate a alguna clase en grupo. En el gym grupal te contagiás de los otros, te retroalimentás con los otros y no querés ser menos que los otros. En equipo cuesta menos.

Elegí los horarios más cómodos para vos. No ayuda ir a primera hora del día si las ganas tardan en despertarse o no tenés el hábito de arrancar muy temprano. Tampoco asistir después de una jornada agotadora. Establecer el mejor horario posible para vos es muy importante.

Dormir bien y respetar el plan y la periodicidad del entrenamiento hará maravillas porque el cuerpo, en vez de cansarse más a medida que avancen las sesiones, por el contrario, pide naturalmente más ejercicio. La actividad física le aporta al organismo una serie de beneficios que este termina extrañando y demandando.

 Esa ropa que te hace sentir un atleta. Si tenés o podés hacerte de la indumentaria que te encanta lucir en el gimnasio, usala sin dudarlo. La ropa que nos gusta siempre nos levanta la autoestima, y la autoestima es motivación asegurada.

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